La idea que tenemos de imprimir se reduce generalmente al papel. Reproducir un documento, que es lo que en un tiempo los monjes hacían a mano con los libros, y luego pasó al dominio de la imprenta de tipos móviles, la gran revolución del siglo XV.
El teatro chino es milenario, y su rica tradición nos sigue deslumbrando. Sus máscaras, y pongo por caso las del período de la dinastía Ming, admiran por su poder expresivo. El color de esas máscaras determina el carácter del personaje que el actor representa. Amarillo para la ambición, azul para la astucia, verde para la impetuosidad.
La exploración de la propia biblioteca es siempre gratificante. Qué voy a empezar a leer hoy es la pregunta que pone fruición en mis dedos mientras buscan tocando los lomos de los libros que se alinean inquietos, en espera del contacto de la mano. Y hoy me digo: Vladimir Nabokov...
Al recorrer a pie el viejo San José donde viví por tantos años, voy encontrándome en los parques y plazas con las estatuas de los próceres modernos de Costa Rica, que adornan el paisaje urbano, y cívico, de la ciudad.
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