Allá para finales de los años setenta del pasado siglo, había en la televisión una serie llamada "La isla de la fantasía". En cada capítulo, unos viajeros llegaban al misterioso y paradisiaco lugar en buscar de cumplir sus más extraños deseos, pagando de previo una suma de 50 mil dólares.
El beisbol ha sido en mi vida una experiencia íntima y aunque alguien alce las cejas en extrañeza, espiritual. Y filosófica. No hablo desde la perspectiva del atleta, pues fui sólo fui bueno para calentar banca, un "maleta" con toda sus letras, sino como espectador creyente en las cábalas insondables del juego...
Un libro es como una casa de muchas habitaciones, cada una con un decorado diferente, y uno puede asomarse, primero desde fuera, a través de las múltiples ventanas, y, así seducido, entra a vivir en esas estancias cordiales y acogedoras, porque siempre hallará abiertas sus puertas. Y como estamos en abril, el mes de Cervantes, quiero recordar al libro de los libros, el que más ventanas, puertas, pasadizos y corredores tiene, El Quijote.
De todos los meses, abril es el más cruel, escribía el poeta T.S. Elliot. Lo hemos probado en Nicaragua. El 4 de abril de 1954, la dictadura de los Somoza persiguió, torturó y asesinó a un puñado de jóvenes, civiles y exoficiales de la Guardia Nacional, que se habían rebelado conra la tiranía.
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